Relata la huida favorecida por la incomprensible cadena de errores cometidos por los responsables involucrados del principal sospechoso del crimen de Alcàsser: Antonio Anglés.
En enero de 1993, España se estremece: aparecen los cuerpos de Miriam, Toñi y Desiré, las niñas de Alcàsser. Lo que comienza como una investigación criminal se convierte en una cacería a contrarreloj. En este primer episodio, reconstruimos las primeras 48 horas tras el hallazgo: la entrada de la Guardia Civil en la casa de los Anglés, las pistas encontradas, el papel de Miguel Ricart y la aparición del nombre que cambiaría todo: Antonio Anglés.
Antonio Anglés logró lo impensable: escapar una vez más. En este segundo episodio, el podcast reconstruye los días frenéticos que siguieron a su huida de Villa Marchante, cuando la presión mediática y la urgencia policial no bastaron para evitar que el principal sospechoso del crimen de Alcàsser se desvaneciera en la sombra.
El rastro de Antonio Anglés se desvanece en aguas internacionales. Tras embarcar como polizón en el City of Plymouth, el criminal más buscado de España desaparece en pleno trayecto hacia Dublín. Lo que parecía una detención segura se convierte en uno de los episodios más desconcertantes de esta fuga: Anglés logra escapar de un camarote cerrado desde fuera. ¿Fue una fuga imposible o alguien dentro del barco le ayudó?
Treinta años después de la desaparición de Antonio Anglés, el caso da un giro inesperado. En este cuarto episodio, el podcast reconstruye minuciosamente las últimas horas del polizón más buscado de España a bordo del City of Plymouth, y profundiza en las distintas hipótesis sobre su posible destino tras abandonar el barco en el puerto de Dublín. ¿Saltó al mar? ¿Huyó por el muelle? ¿Recibió ayuda desde dentro?
Treinta años después, un testigo clave rompe su silencio. En este quinto episodio, Anglés: Historia de una fuga desvela el testimonio inédito de Jerry McDonnell, un estibador del puerto de Dublín que asegura haber visto a Antonio Anglés bajando por su propio pie del City of Plymouth y salir caminando, sin prisa, por el muelle. Su relato confirma que el fugitivo español no se lanzó al mar como se pensó durante años, sino que pisó tierra firme… y desapareció entre los contenedores.
