El Ayuntamiento de Barcelona destinará 100 millones de euros de la tasa turística a las climatizaciones de las escuelas que ya en los últimos días se han visto obligadas a activar el aire acondicionado.
"La climatización se dispone a partir de que la temperatura es de 26 grados. La normativa profesional nos pide 27 grados, pero la hemos reducido un grado. Si el aula está habitada, se pone en marcha la climatización", explica Antonio Garcia, director d'Equipaments Educatius del Consorci d'Educació de Barcelona.
Esta climatización llega después de una primera fase para combatir el cambio climático que desde 2017 ha traído consigo medidas como la apertura de ventanas o la instalación de toldos o ventiladores, medidas eficaces pero no eficientes ni suficientes, como venían quejándose algunos alumnos, padres y profesores.
Ahora con los aparatos de aire acondicionado todo va mejor que con unos ventiladores que hacían que en muchas ocasiones volaran apuntes.
Los profesores han recibido de muy buen grado este cambio, ya que no es lo mismo impartir clase a 33 grados que a 26. "Cambia su capacidad de concentración y su bienestar, que hace que el ambiente esté más relajado y puedan ser más ellos. A veces tenían mucha sed y esto íbamos gestionándolo bebiendo más agua o saliendo a que nos diera el aire o estar en la sombra. Esto facilita mucho el estar más cómodo en los momentos de aula", explica la jefa de estudios de la Escuela Can Fabra, María Elizondo.