Elon Musk ha presentado su renuncia oficial como empleado especial del gobierno de Donald Trump, dejando atrás cinco meses de tensiones, promesas incumplidas y una salida cargada de reproches. Lo que comenzó como una alianza fuerte entre el magnate tecnológico y el expresidente, ha terminado con frustración, críticas abiertas y un portazo sonoro.
En su mensaje de despedida, publicado en su red social X, Musk agradeció la oportunidad, pero no oculta su decepción por la gestión presupuestaria de Trump, que, según él, “dinamitó” los recortes que pretendía implementar desde el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
“Mi tiempo como empleado especial llega a su fin. Lamento ver cómo se ha desperdiciado una oportunidad histórica para eliminar el gasto excesivo”, escribió Musk, en un tono claramente molesto.
De la motosierra al desencanto
Musk llegó a Washington con aires de revolución. Prometió recortar hasta 2 billones de dólares del presupuesto federal, y se presentó como un outsider dispuesto a aplicar la lógica empresarial al aparato público, aunque fuera a golpe de motosierra.
Pero apenas logró justificar 175.000 millones en supuestos ahorros, una cifra que el Financial Times asegura es en gran parte inverificable. La falta de resultados y el creciente ruido político hicieron mella en su entusiasmo.
En su próxima entrevista con la cadena CBS, de la que ya se han adelantado algunos fragmentos, Musk no se guarda nada. Critica la reciente reforma fiscal republicana por “inflar aún más el déficit” y cuestiona el rumbo económico de Trump: “Una ley puede ser grande o puede ser buena. Pero no creo que pueda ser ambas”, dice, en un dardo directo al presidente.
Un divorcio anunciado
Musk había sido el principal donante de la campaña de Trump en 2024, aportando más de 250 millones de dólares. Sin embargo, en las últimas semanas ya había adelantado que reducirá su inversión en política porque, según sus palabras, ya ha “hecho suficiente”.
Este viernes se cumplen los 130 días que puede ejercer como “empleado especial” dentro del gobierno. Justo a tiempo para salir como entró: rompiendo esquemas y generando titulares. Ahora, ha prometido centrarse al 100% en sus empresas, especialmente Tesla, que ha visto caer sus ventas por el desgaste de su imagen política.
