El declive deportivo del Sporting, desde la llegada del Grupo Orlegi hace tres temporadas, empieza a ser de lo más preocupante.Y, como siempre, con lo peor aún por venir.
No contentos con el drama del primer equipo, en Mareo el año ha sido para olvidar: el B vuelve a fracasar y evita el ascenso del C, el femenino se salva en la última jornada y gracias a una alineación indebida en la recta final y en el resto de categorías (salvo el primer juvenil) el Oviedo siempre por delante. El de División de Honor sí le sacó 5 puntos, pero acabó tercero a 12 puntos del segundo y a quince del líder.
La cosa no acaba ahí: el 'Comité de Técnicos' que va a tomar las riendas deportivas tras las destituciones de hace dos semanas (aunque algunos de ellos sigan teniendo peso desde otro despacho en las decisiones futuras) propone ahora que se renueve a Kemboy Mbemba y suba Amadou al primer equipo, para que al menos hagan la pretemporada con el primer equipo y luego ya veremos. ¿El motivo? Ni hay dinero (pese a que Guerra presumió de "músculo financiero" no hace mucho) ni jugadores para la vuelta al trabajo del 7 de julio.
El panorama es desolador, y a todo ello hay que unir la espantada general del poco talento que queda en juveniles y que ahora tratan de evitar como pueden los recién llegados Felipe Vega-Arango y Emilio Gutiérrez.
El Sporting Atlético se queda en 3ª Federación por cuarto año consecutivo, pese a ser un filial profesional porque ninguno de sus integrantes se dedican a otra cosa que no sea jugar al fútbol. ¿Sus verdugos? Los clubes amateur del Lealtad (en dos ocasiones), Praviano y L'Entregu. El no ascenso del filial hace de tapón para los jugadores del 'invento del C', que son más jóvenes y asturianos que los del B y que a su vez no sirven para el primer equipo.
Todo un auténtico galimatías, absolutamente imposible de entender si no te han insertado en el cerebro el 'microchip Orlegi'.